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La inevitable levedad del amplificador


Mensaje publicado por Wladimiro Garrido Guerra el Marzo 26, 2003 a las 18:58:34:

Amigos del foro.

Hace unos días expresé mi desconfianza sobre las potencias anunciadas por los fabricantes de amplificadores que utilizan fuentes de alimentación conmutada y aquellos que utilizan tecnología de amplificación "clase D". Conforme a lo que puedo observar por la mayor parte de la propaganda y por algunos de los productos que han caído en mis manos, la supuesta capacidad de potencia que se anuncia de estos amplificadores supera en muchos casos la capacidad de carga de su propio conductor de alimentación. Esto en primera instancia nos lleva a cuestionarnos si en un “análisis temporal” el consumo anunciado se puede traducir como continuo, periódico e incluso "periódico instantáneo". Bien es cierto que el diseño de algunos de estos amplificadores permite optimizar las perdidas generadas por los transformadores tradicionales y por la disipación general del sistema; Incluso las nuevos circuitos osciladores nos llevan a resultados espectaculares en la velocidad de conmutación del sistema de alimentación, pero esto nunca justificará ni el "movimiento continuo" ni “la multiplicación de los panes”. Es sabido que un fabricante de amplificadores de cualquier tipo que quiera presumir de cifras de potencia solo debe simplificar la señal de prueba en ancho de banda y en contenido harmónico/espectral, omitir o evadirse de valores de distorsión de perceptibilidad aceptable/previsible/evidente y acompañar esta ensalada con un tiempo de prueba lo mas veloz posible. Para aderezar la suculenta cifra nada mejor que omitir los “apellidos de los vatios” que den pistas sobre el método de medición; esta será la mejor forma de ofrecernos el valores de pico o derivados.

Mi intención no es desmerecer los productos que contienen estas “nuevas” tecnologías, pero si un tanto la extraordinaria sobre valoración de sus resultados y del uso (mal uso) mercantil que se le da a los mismos. En algunos casos y en un sentido absolutamente práctico (que también demostradamente científico) los resultados no son análogos cuando comparamos estos dispositivos “ligeros" con amplificadores tradicionales de igual potencia. No cabe duda que no habría mejor método de prueba para las capacidades netas (que no de carácter) que aquellas que se hicieran in situ en las posibles situaciones de trabajo real; que mejor manera para trasladar a un laboratorio que un método basado en la valoración de capacidad, estabilidad, resistencia y limites conjugados con las variables que cuestionen los factores de calidad y característica sonora. Es evidente que el mercado se somete porque quiere ...


Por las razones que sean (especialmente cuantitativas), es cierto que cuando estamos obligados a trabajar con una injustificada sobrecarga del sistema, la amplificación, según el caso, puede llegar a trabaja cerca de su límite o al límite de su capacidad de trabajo. Entiendo que en un sistema bien proporcionado y calibrado, los límites de potencia y rendimiento están condicionados a un "margen útil" regido por la distorsión y por la "estética". En los dos casos mencionados la capacidad de un amplificador está comprometida: En el primero mostrando su capacidad continua de potencia; En el segundo su capacidad dinámica de potencia.

Es probable que ahora, con los nuevos amplificadores, precisemos definitivamente de un nuevo “lenguaje”. Ya habíamos entendido los beneficios que otorga trabajar con un adecuado head-room en la amplificación respecto a los consumos establecidos por los altavoces; Ya comenzábamos a entender lo laboriosos que llegan a ser los ajustes de previsibilidad para obtener un buen balance de linelidad-rendimiento-dinámica-seguridad. Ya comenzábamos a traducir algunos “standards”. ¿Cuál es el nuevo “código” para estos amplificadores? ¿Entender que algunas marcas anuncian sus tres o seis últimos decibelios de ganancia como “capacidad dinámica transitoria”? ¿Venderá algún valiente un amplificador por la mitad o por una cuarta parte de la potencia anunciada por el fabricante? ¿Podrá alguien resistirse a su levedad y a sus sensuales formatos? ¿Tendremos que usar en algunos casos amplificadores mucho mayores para atender correctamente a los consumos eficaces? ¿Se establecerá definitivamente un juicio sobre sus “caracterísiticas sonoras/espectrales” y sobre la estabilidad de su respuesta en frecuencia y fase en función del comportamiento dinámico?

Creo que hay mucho que compartir en este asunto para sacar cosas en claro. Carver, Chevin, Chameleon, LabGruppen, Stewart, Powersoft, QSC, Crest y otros, ofrecen unos de siempre, otros de hace algún tiempo y otros como nuevos, productos con "FAC" o tecnología "clase D". Desde aquí invito al colectivo para que opine y cuente su experiencia.

Wladimiro Garrido Guerra

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